Vienen a mí
El ala recorta
el entrecejo, alzándose
al poniente deja ir
la camisa de plumas
empapada de soles.
-El viento del sur, que corre, ah mira
la nube cubriendo la tomatera.
Alzado en brazos, divisa el olivar.
Resbala el sudor
por las cañas,
inclinando la frente
al vuelo raso del ave matutina.
Todavía la luna lleva el pijama
oculta en un tonel de vino.
Todavía el carmín deslumbra la noche.
Puntúan los paladares el destino;
trazan la línea indivisa del mar,
las olas palpan a ciegas y tocan
las caracolas; vienen a estrellarse
en el pantallazo vacío.
Vienen a mí
-que no soy nada-
como una nube de mariposas
ahogándose en la miel
-cegados por la forma del cuerpo-
mientras, la visión conjunta al olivar,
envuelve toda presencia hasta la raíz,
manando a chorros la unción.