Tu rosa púrpura
Vives clavando el puñal en mi pecho, sostienes
la rosa púrpura del aliento, temblando
hundes el ansia de la virginidad; despliegas
tus alas de nieve derretida por mis labios.
Zanjando el deseo al ocaso, me ofuscas, aspas
el delgado hilo de luz que asciende por tu boca.
Oscurecido sin la visión, sin esperanza,
vivo muriendo por ti, sin saber cómo vivo.
El afilado acero del dolor incursiona
por circos y glaciares de tu ser más recóndito,
que vive en mí, en tanto que -sin mí- por ti muero
a la luz del alba soñado, paisaje o beso,
saliendo ileso del arma blanca del olvido;
viendo cómo crece en mí -sin mí- tu rosa púrpura.