Rondas

11.11.2024

El otro día en un bar

oscurecido del barrio

olvidándome de mí

penaba por el cansancio

del tabernero roñoso

que con gesto estrafalario

no quiso servirme más…

—¡Largo de aquí ya pelmazo!

¡Y déjate de romances!

Cansinos como el infarto

tú y tus amigos poetas…

Plastas e insufribles náufragos

y ahora con otro mes…

¡Envíame dios sicarios!

Yo soy más de los cuchillos

del jamón hombre pragmático.

Mientras me sacudo golpes

este noviembre os comparto

el coñac caído al suelo

-aquel bestia con zapatos

a puntapiés se ensañaba

y salí muy mal parado-.

A la ronda de tabernas

con más romances volvamos

caiga quien caiga (va uno).