No cav/be tanta muerte
Cavan sobre los cielos de nubes polvorosas
en el corazón ancho de números heridos;
tienen la palidez de garras poderosas
hundidas con tesón en los plazos vencidos.
Escandalosos bancos de niebla enrojecida
sobre cielos ancianos que amasan juventud,
sin esperanza alguna, perdiendo la partida
amañada por trajes con cola de inquietud.
Así cavan los buitres sin corazón, picudos.
Cavan porque no tienen corazones humanos,
pero tienen depósitos, tripas sucias, embudos
que estrangulan fatigas empobreciendo manos.
Cavan porque ella anhela; no tiene suficiente.
Para ella trabajando, sus peones sumisos,
lamen los rojos números de forma permanente,
por libretas dañadas por los rojos avisos.
Donde enterrarnos cavan para la muerte en vida
que no cabe en los nichos, nóminas, comisiones,
facturas sin pagar por una cuenta herida.
No cav/be tanta muerte; no hay más generaciones.