Fantasmas

21.05.2024

*

Entierra la belleza.

Calcina la sombra.

¿No hay tierra

ni fuego suficiente?

Toma los grumos

lentamente con la mano

esbelta,

inclina la balanza

recostándote,

y deja que termine

tu boca en mi boca.

**

La memoria de un beso

no ha de regresar nunca.

Acaso, ¿tiene nombre

un espectro, la belleza

que enfría tus sábanas?

***

Levántate

y palpa la mesita,

no temas despertar

a tu hermano.

Pulsa el interruptor

y espera, la belleza

con forma de orín,

fosforescente,

lengua que resbala

por los muslos,

insaciable y cálida

cual relámpago.

Espera sentado

en el cojín. En parte,

es la indefensión sentir

el entierro, vulnerable.

Mas no pienses: enterrar

la belleza; está en el hueso

y los huesos en el osario.

****

Ahora,

que no te mira

el espejo, ahora

que escarbas

en la sonoridad

de la existencia

entre pútridos grumos

y ácido de insecticidas,

ahora

que cualquier abstracción

resulta inútil.

Cuando resplandece

en la mesita tu carne

como un fulgor

de mariposas,

refulgente

en los cuchillos,

que anestesian

la perplejidad.

*****

Si un espectro

traspasa la pared;

y la areolas hinchadas

de pechos maternales

trasvasan excitación;

cuando tu madre

de rodillas recoge

los platos rotos,

dando la espalda

a serpientes de cuero,

que la noche propician,

inaudibles por aullidos

que penetran excitados.

******

¿Qué es sino el pensamiento?

Dices bien, que penetra el espíritu,

descartando la pura abstracción

de la conciencia, pero preguntas,

¿ qué es esta substancia?

Te piensas

en el olvido,

inútilmente,

excitado

en la fatiga,

de forma indistinta

de distintas formas

torturado.

No hay forma

de saber si es

posible conocer:

Juega contigo el carnicero;

-no malinterpretes la memoria-

coloca las manos en la mesita

y cuenta hasta tres.

*******

Vuelven a encender

la luz de la cocina;

entra una lengua

extraña

por el patio de luz.

Es suficiente belleza,

indagar en el rostro

del carnicero,

huir de las abstracciones.

El miedo es real:

El aullido inaudible,

interminable la noche,

la mesita y las manos

del carnicero,

los cuchillos,

la lengua tímida

fosforescente,

la carne trémula

sin ser

enterrada.

Y el devorar

de la encías;

la carcoma

del vientre.

Es así, antes

o después

de pensar.

********

Has dicho algo

del miedo. Entra

el espíritu; cuida

del vértigo y la náusea.

No confundas pensamiento y espíritu.

Considera,

que el espíritu no es la realidad

que te obsesiona.

Hay substancia. Volveremos

a dar un toque de atención.

Descansa confuso, no esperes

nada de ninguna abstracción.

Mánchate obsesionado.