En el jardín de la noche
En el jardín de la noche entra la luz.
Lleva una rosa enferma a su madre.
Y cuelga la toga de color púrpura
sobre los recuerdos
robados a la memoria.
Tímidas flores de esperanza
escuchan en silencio y esperan
una sentencia justa, una salida
para la enfermedad del tiempo
que esparce dolosos perfumes
acullá del profundo olvido
tomando forma de la tierra:
niña-mujer-de nuevo-niña.
¿Qué primavera en tus ojos,
madre, sangra tanto y tanto
que no despiertas?
¿Qué jardín con qué luz,
dictamina compasión?
Ya llega otra mañana
con la mansedumbre
de huesos enterrados
en el jardín de la noche
donde la inocencia sonríe
y alegre estira las manos;
recibiendo al crepúsculo,
advierte la rosa enferma.