Bolsa de palomitas

Entretejer el ruido de fondo como una pantalla muda donde las imágenes se proyectan, sentir el dolor de las agujas, la oscilación de las pupilas y el infinito de los colores neutrales. Salir extenuado a los espacios abiertos esperando encontrar a alguien, intuir los agujeros en las manos vacías, por donde se cuela la lluvia, y confundir las lágrimas con la electricidad; hacer del amor al cine una descarga eléctrica, que sube desde las pantorrillas hasta los brazos y la misma coronilla. No ser neófito en la nada es agotar todos los recursos; antes de ser engullido hacer del estómago una bolsa de palomitas.