Ancestro de poesía viva

04.11.2024

Oculto en toneles de vino
por las tabernas andaluzas
alegras a los desheredados
fundido en la fragua.

Todos corren a tocar tus manos
descomunales,
que acarician campos indefensos.

Regresas cantando enterradas fatigas.

Con la Sierra Morena grabada
en tu frente azul
besas las pobres manos
encallecidas
y sonríes.

Hacen medallas con tu pena,
mientras arrastras esqueletos
por los campos granadinos de la ternura.

Suspiras por Soledad Montoya.

Alumbras el futuro
porque tus ojos,
manchados de vino,
alegran la noche oscura
en vientres de tormenta
y como un río interminable
atraviesas la incertidumbre,
ahuyentando jinetes negros.


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